Tienes que confesar que estás enamorado. Sí, enamorado. Pero esta vez de verdad. Ya no se trata de ese sentimiento pasajero, de una simple ilusión. Este cosquilleo ha estado siempre dentro de ti, tanto en los buenos como en los malos momentos. Ha sabido sacarte de tus trances más profundos, pero también te ha acompañado en tus victorias, en tus logros y celebraciones. Y lo mejor es que sabes que la sensación que recorre tu cuerpo no se va a sofocar nunca.
¿La razón? Ella. Sólo ella. Ella es perfecta. Tiene las palabras perfectas para cada momento. Te susurra al oído cuando estás cansado, te anima a gritos cuando lo necesitas y es la primera que entiende todo lo que te pasa. Siempre está ahí, a tu lado. Nunca te ha fallado. Ha demostrado mucho más que muchas de las personas que tienes a tu alrededor. Ella saca de ti todo lo que tienes. Te hace mejor persona, te alegra y te inyecta ganas de vivir, valor y fuerza. Ella se llama música.
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