"Hola. Solo vengo a despedirme como sé, necesitaba mis días para aclarar mi mente, hacer las cosas de una manera correcta y saber bien qué te quería decir y cómo te lo quería decir. No espero ninguna contestación de tu parte, sólo quería ser sincera contigo y conmigo.
Inevitable e irremediable es tenerte en mis pensamientos, ya que te apareces en cada rincón de mi surrealista y caótica mente, la cual ya es dependiente de ti y de tu belleza poética.
Estás allí, en el rincón más oscuro y hasta en el más recóndito, estás en ese que ya estaba olvidado y en ese que sueña todo aquello que quiero tener a tu lado.
Estás allí, en ese rincón de mi mente que con tristeza recuerda el pasado y en ese que con alegría vive presente, también estás en ese donde mi mente se llena de versos melancólicos y en ese que estalla en colores llenos de esperanza.
Estás allí, en ese rincón donde todo es locura y en ese donde todo es paz y ternura, estás también en ese donde la lujuria y la perversión son los dueños, y en ese donde la bondad reina por completo.
Estás allí, en ese rincón donde la fantasía se crea en mi mente y también estás donde cada idea se encuentra con la única verdad, estás donde todo tiene sentido y también donde todo carece de explicación.
Estás allí, en cada uno de ellos y en todos a la vez, porque mi mente, mis pensamientos y cada sueño en él, es tu hogar.
Espero de todo corazón que allí donde te encuentres y allí donde nos volvamos a encontrar, puedas saber y sentir que aquí estoy y que siempre te estaré queriendo con toda mi mente y todo mi corazón.
Porque tú, siempre estás y siempre vivirás en mí."
Anónima
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