Serán las almas podridas u olvidadas,
las que caerán, sin pedir clemencia,
las que lanzan flechas de envidia e impotencia;
y seguirán soplando velas ya apagadas.
Serán los polvos de hadas de escalera,
los vómitos que no sangran poesía.
Será lo efímero de una fantasía
con una viuda negra, nunca soltera.
Porque sobra la amistad de esperpento,
la que destiñe ganas pero sin aliento;
el amor viste de cuatro colores.
Porque faltan sonrisas contra el viento,
lágrimas y abrazos de ayuntamiento,
atarse al cuello un puñado de valores.
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